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  • Kölner Karneval

    Kölner Karneval

    La semana pasada tuve mucha suerte. Suerte de vistar a mi hermanito a Köln y a Bonn en Alemania. Me la pasé muy guay y ahora es que escribo lo que ví y aprendí. Totalmente recomendable el ir a esta parte de Alemania en temporada de Carnaval, no he ido en otra temporada pero estoy seguro que cambia mucho el aire y el ambiente. En las calles se sentía una vibra  como si Tigres y Rayados hubieran ganado ambos una final de fútbol en un mismo día. La gente andaba tomando en las calles (me parece que eso es más normal en Europa) y la policía del orden, no estaba trabajando por tanto desorden en la ciudad.

    No teniendo nada que ver con el Carnaval, ¡me gustó mucho Alemania! La comida era deliciosa, no puedo decir que las calles eran muy bonitas porque me tocó verlas hechas un desastre, pero me imagino que sí están bonitas porque no era ni medio día del sábado de carnaval y ví a personas limpiando la calle y recogiendo basura. Gracias a que mi hermano vive allá pude platicar con gente de Alemania y se me hicieron muy cool las personas que conocí. Se me hicieron muy interesantes las expresiones faciales que utilizan. Las mujeres muy delicadamente, rozando en lo poético, levantan las cejas sin dar pista de lo que piensan o cómo se sienten, y los hombres casi nunca cambian su expresión facial, tuve un poco de suerte porque les caí bien a algunas personas y hasta me sonrieron, pero como que no se ríen tan fuerte o seguido a lo que yo estoy acostumbrado.

    A pesar de que es quizá el país más caro que he conocido, es también el que quiere más a los mexicanos, por encima de México, EUA, Canadá, Chequia, y Bélgica, que son los países que he conocido hasta ahorita. He estado acostumbrado a ser sordo y mudo en las calles de Praga debido a que el idioma es muy complicado e incomprensible, cada que veo gente hablando siento que están hablando el idioma de los Sims, y ahora al menos entendía una que otra palabra o la idea de lo que estaban hablando. La gente se portó muy amable cuando me escuchaban intentando hablar en alemán, aunque según me dijeron, andan de mejor humor y más abiertos a platicar en época de carnaval.

    Llegué a Colonia desde Praga en un Blablacar, fue una buena experiencia, me la pasé platicando casi todo el camino con una chica alemana que había estudiado español y con el conductor que era de Eslovaquia. Tomé un bus hacia el Hbf que es la estación central de trenes, y me llamó la atención el Dom de Colonia, caminar desde la central hasta la iglesia fue toda una experiencia, desde el camión había mucha gente disfrazada, pero la gente que caminaba por la calle parecía que estaba realizando un casting para la película de The Purge, también estaban disfrazados pero tenían la mirada perdida y una cerveza o Jägermeister en la mano. En el Dom, que por cierto es la iglesia más bonita que he visto, había una banda tocando música de carnaval y se sentía un ambiente de festival en una iglesia.

    • Interesting Fact: En el Dom de Köln están los restos de los Reyes Magos.

    Luego me fuí en tren de Köln a Bonn y tuve la suerte de conocer a los amigos de mi hermano. Fuimos a un restaurante muy bonito (vale la pena recalcar que yo pensaba que Bonn era un pueblo) y nos regresamos en metro a descansar. El día siguiente fue de fiesta de carnaval: amigos, comida, disfraces, alcohol, música y diversión. Colonia tiene unas cuantas calles en las que hay muchos bares pero la fiesta y el ambiente muchas veces está en la calle, para mi mala suerte, en la calle hacía frío. El día siguiente estaba un poco ronco pero me sentía muy bien, por lo que también salimos ese día de fiesta, pero esta ocasión en Bonn.

    Esa fiesta fue lo más estereotípicamente alemán que he visto, y me la pasé genial. El lugar vendía su propia cerveza artesanal, la música era casi exclusivamente de carnaval, en algunas canciones la gente se abrazaba de lado y empezaba a tambalear de un lado a otro cantando con el corazón (y una cerveza) en la mano. El clímax de la noche fue cuando el DJ puso Bohemian Rhapsody y la persona disfrazada de Freddy Mercury hizo un performance que no olvidaré jamás. Por un momento todo el bar, hasta los que no alcanzaban a ver a Freddy, se unió cantando en una misma dirección admirando el buen disfraz y lipsync del sujeto. Terminando el performance, más de una persona le invitó cervezas a Freddy Mercury, y la verdad que se lo merecía.

    Mis expectativas de un desfile público eran muy bajas, por lo que el desfile en Köln me impresionó bastante. Dulces, flores y carros alegóricos muy bien adornados llenaron las calles de Colonia. Había música de carnaval en todo momento pero mientras que parte del desfile tocaba un instrumento, las bocinas con música de carnaval se silenciaban. Los dulces eran de muy buena calidad, tengo que aceptar que me comí todos los chocolates Kinder que aventaban al instante. Luego fuimos a comer a un restaurante llamado Beirut, de cocina Libanesa, estaba buenísimo, yo no sabía que la comida libanesa era tan parecida a la mexicana.

    Por pura suerte terminé conociendo también Frankfurt y Núremberg. La locura del carnaval hizo que unas personas en Colonia se metieran a los rieles del tren, y mi tren que iba en camino a Frankfurt se retrasó lo suficiente para que no alcanzara mi conexión hacia Praga, y su tío turista aprovechó esta oportunidad. El tren me reprogramó mi itinerario en Frankfurt hacia Núremberg y después un bus hacia Praga. La compañía de tren me pagó una noche de hotel en Frankfurt (y el desayuno) pero al reprogramar el bus de Núremberg a Praga cometieron un error y terminé haciendo una escala de unas 5 horas en Núremberg.

    El tiempo que estuve en estas dos ciudades fue corto pero suficiente como para conocerlas. En Frankfurt tuve oportunidad de visitar la casa de Goethe, el banco central europeo (el que es liderado por Christine Lagarde) y el alt-stadt que es la zona vieja de Frankfurt. En Núremberg también recorrí el alt-stadt pero este era de mayor extensión y más impresionante, visité las atracciones principales que son una fuente bellísima, un par de iglesias, y el castillo de Núremberg.

    No sé bien la historia de ninguna de las ciudades, no tenía planeado visitarlas a decir verdad, pero me parece que Frankfurt es la ciudad más moderna de Alemania, hay bastantes edificios altos y se siente un ambiente distinto al de otras ciudades europeas, sentí el rush de la gente como si estuviera en la CDMX o en NYC. Me imagino que similar a Róterdam en los Países Bajos, fue una ciudad afectada por alguna guerra y ahora se ve casi completamente modernizada. Tiene un pedazo de ciudad en el que se puede ver el barrio antiguo pero es muy pequeño contrastando con la gran ciudad.

    Núremberg por otro lado, es una ciudad de otra región de Alemania llamada Bavaria, a esta región pertenece también Múnich. La vieja ciudad es tan grande que está rodeada por una muralla, todo aquí se veía medieval rozando en lo bárbaro. No era muy estético, pero sí se veía muy antiguo, si bien al parecer la ciudad tuvo su apogeo en una época similar a la de Flandes, la arquitectura se ve más arcáica, sin exagerar yo me sentí en la edad de piedra al entrar a la vieja ciudad. El castillo estaba en remodelación, pero tenía una vista impresionante desde el fuerte, similar a Praga, los colores de las construcciones eran uniformes y se veía muy bonito.

    En conclusión, si tienen chance, vayan a Köln en tiempos de carnaval, se la van a pasar muy bien.

    Les dejo una galería exclusiva de lo que les platiqué. Para más, vean mi instagram.

     

    Angel Escamilla Rdz

  • Flandes

    Flandes

    En los últimos 5 días he conocido la cultura de Flandes y he quedado impresionado. Llevo más de 90 kilómetros recorridos a pie en las principales ciudades de Flandes: Gent, Antwerpen, Brujas y Bruselas. Cada ciudad tiene su encanto y vibra, y me parece increíble cómo se puede encontrar tanta diversidad en un territorio que no es tan grande, Oaxaca por sí solo es más grande que Bélgica, pero no encontré ninguna diferencia cultural de los tantos municipios Oaxaqueños.

    Mi ciudad favorita probablemente fue Gent. Esta ciudad tuvo su apogeo en el siglo 13 y está situada estratégicamente entre dos ríos, uno que da hacia Antwerpen y otro que viene de Francia. Y todo aquél que quería comprar o vender del Reino Unido o Francia tenía que pagar su peaje e impuestos a los gantéses. Los impuestos los cobraban los condes, que eran de 6 distintos gremios, y poseían las llaves de oro que eran necesarias para añadir o retirar una ley en la ciudad, la ley se encontraba en el Belfort, siendo este el primer contrapeso político mucho antes de la revolución francesa. Al tener este contrapeso político, los comerciantes lograron desde muy temprano el tener derechos mercantiles, y experimentaron una bonanza económica que en cualquier otra civilización llegaría hasta siglos después. Los comerciantes se estaban haciendo muy ricos y estaban amasando tanto poder que el gobierno empezó a temer, como forma de intimidación se decidió construir un castillo para los condes en frente de los mercados principales. Este castillo, que es una copia de un castillo de Siria (África) era muy frío por su diseño, por lo que el arquitecto tuvo que inventar el concepto de chimenea para que fuera habitable. Después funcionó como escenario de ejecuciones, calabozo, y lugar en donde estuvo operando la inquisición. En el siglo 13 Gent fue la segunda ciudad más grande del mundo, solamente por debajo de París. Pero dejó de crecer cuando cayó en manos de la monarquía española. En esa época, los impuestos recabados por la ciudad para la corona española eran tantos, que era la ciudad que más aportaba al imperio español. Por lo que en forma de huelga, los ganteses dejaron de pagar por 5 años. El rey reaccionó con violencia, mandó a Gent a su mejor escuadrón de guerra y capturó a 200 de los hombres más ricos, los hizo que desfilaran desnudos y con una soga al cuello, al final mató a la mayoría, y el resto huyó de la ciudad. Este desfile se retomó hace años para darle un significado distinto, es un desfile de honor en el que se eligen a 200 ciudadanos que destaquen, se les da un reconocimiento y una soga parecida, como símbolo de orgullo gantés, “prefiero morir, a no luchar por la justicia”.

    En 2003 quisieron cambiarle el aire a la zona del castillo e hicieron un concurso en el que le preguntaron a la gente de Gent, cómo podían remodelar el área para que fuera más amigable o se sintiera buena vibra. La idea ganadora fue de una niña de 13 años, y fue la siguiente: “Los faros que iluminan esta cuadra deberán estar conectados con el hospital materno de Gent, y cada que nazca un bebé las luces van a iluminarse con mayor fuerza.” Al día de hoy cuando está por nacer un bebé, los familiares acostumbran ir a alguno de los restaurantes de esta plaza y celebrar cuando las luces se alumbran con mayor fuerza.

    Este año se va inaugurar el estacionamiento de bicicletas más grande de Europa, y pienso yo que debe de ser uno de los más grandes del mundo. La ciudad está entablando esfuerzos para que sea libre de fuentes de energía fósiles para 2025. Y viajar en transporte público es muy sencillo y práctico. No es comercial, pero todo eso me pareció impresionante.

    En cuanto a la arquitectura, a mi parecer la ciudad más bonita es Brugge, pero no tiene nada moderno, la ciudad pareciera estancada en la época medieval, es un verdadero pueblo mágico. Bruselas y Antwerpen las sentí como ciudades más dinámicas y en las que me sentiría más cómodo viviendo, pero sin duda alguna todas son increíbles. Las papas fritas y los chocolates son deliciosos, aunque puede que mi opinión esté sesgada ya que comí con mucha hambre después de haber caminado muchísimo, probé una hamburguesa de pollo de 10 estrellas también.

    Sin más por el momento, descansaré que mañana conoceré Praga y ya saben que Praga no le pide nada a nadie.

     

    Angel Escamilla Rdz