The Shareholder Value Myth

Este libro es un poco distinto a todos los libros que he leído, no es un libro de autoayuda o consejos para ser mejor, tampoco es una novela, ni tampoco es un libro académico como los que he utilizado a lo largo de mi carrera universitaria para aprender sobre algún tema. Siento que este libro es algo así como una tesis académica adecuada para que sea leída por más personas. Siguiendo este pensamiento de que el autor está explicando su tesis, siento que su objeto de estudio iba encaminado a cuestionar la doctrina de que las empresas están hechas para generar mayor valor al accionista. Se destaca en repetidas ocasiones como esa doctrina no es algo que esté escrito o que tenga que seguir forzosamente, sino que es simplemente una ideología que se ha dado en la modernidad y si bien ha traído algunas cosas buenas, entorpece también el funcionamiento de muchos negocios.

En los años 1990 empezó a dominar la idea en muchos grupos de interés de que maximizar el valor del Shareholder era lo más importante de la compañìa, dejando atrás y haciéndonos que hoy en día muchas veces nos preguntemos qué es un Stakeholder y que no consideremos los intereses de todos estos Stakeholders. El libro menciona de una manera, en mi opinión, absolutista que esta forma de pensar le ha traído una innumerable cantidad de tragedias al mundo como el fraude de ENRON, WORLDCOM, la crisis del 2008, el derrame de petróleo en el Golfo de México, entre muchas otras cosas malas. Pero al mismo tiempo creo que el desarrollo acelerado de las compañías que se ha dado bajo este principio también debería de ser reconocido, si a Walmart le hubieran importado más sus empleados y los pueblos en los que iba empezando, o de igual manera a Amazon, no tendríamos hoy en día servicios de tan alta calidad como el de Amazon con sus entregas a domicilio en un mismo día con precios muy bajos. Sin embargo, nunca hay que dejar de cuestionar, si bien nos ha ayudado en algo, a otras personas les ha afectado, y es importante identificar que no solamente afecta a los stakeholders sino que también puede afectar a los stockholders.

“La mayoría de los problemas y escándalos de corporaciones no viene de gente que está loca, sino que viene tras la loca idea de administrar el negocio de que hay que maximizar el valor del accionista’’

Esa idea de que hay que aumentar el valor del accionista no es correcta del todo. Si para aumentar el valor vas a destruir el medio ambiente y dejar sin aire limpio a la ciudad de un accionista, realmente no le estás mejorando su calidad de vida. Muchos gerentes y directores dan esta idea como si fuera ilegal el no buscar maximizar el valor del accionista, y fue hasta 10 años después de que empezara a sonar esta idea que muchos se dieron cuenta que en ningún lado decía que esa era obligación de una corporación. Y sin embargo hasta la fecha muchos directivos sostienen esa idea y no se detienen a pensar que quizá despedir gente no sea lo mejor para la corporación, entre otras soluciones que le ofrecen liquidez y mayor valor al accionista. El libro menciona que el caso en el que los hermanos Dodge demandan a Ford por no dar dividendos es hasta el día de hoy el referente de que el deber de una corporación es responder a sus accionistas, pero para empezar en ese entonces Ford ni siquiera era una compañía pública y ese caso tiene que ver más con el poder de los accionistas mayoritarios vs accionistas minoritarios.

Hay un término que yo desconocía en absoluto y ese término es el de “La regla del Juicio de Negocio” (Business Judgement Rule). Esta regla indica que mientras que la junta directiva no tenga conflictos de interés y haga un esfuerzo razonable en estar informados, la corte no va cuestionar las decisiones sobre qué es lo mejor para la compañía sin importar si esas decisiones son buenas o malas para los accionistas. Digamos que bajo esta regla se pueden salvar aquellas empresas que toman decisiones equivocadas y que tumban la empresa, pero al mismo tiempo nos da un aire de que es posible el que los directores tomen en cuenta a los stakeholders para las decisiones de la empresa.

Se menciona en la teoría que apoya la idea que hemos estado mencionando que el accionista merece las ganancias que sobran después de pagar deudas, sueldos y créditos. Sin embargo, muy pocas compañías tienen un nivel de 0% deuda. Bajo esta idea podríamos decir que los que tienen un bono de deuda tienen el mismo “ownership” que los que tienen una acción, hay uno que seguramente le van a pagar y hay otro al que no necesariamente, además a ninguno de los dos le van a permitir operar el negocio como si fuera suyo porque a pesar de que así nos enseñan, las corporaciones son entidades independientes y por más acciones que tengas al ser públicas nunca vas a estar titulado para decir que es tuya. 

Se habla mucho de una regla que indica que los directores son los agentes de los accionistas y que estos directores son contratados con la finalidad de que manejen el dinero de la mejor manera posible para maximizar el valor del accionista. Hay muchas cosas que están mal del enunciado anterior, primero que nada, en un inicio los directores son contratados por los socios fundadores y los socios iniciales de una empresa, una vez que la empresa se hace pública se podría decir que los directores también le deben de rendir cuentas a los accionistas, pero no exactamente. Los directores están ahí para hacer lo que consideren mejor y según la Business Judgement Rule prácticamente pueden hacer lo que se les dé la gana menos enriquecerse ellos mismos a costa de la empresa. Si les queda dinero en lugar de dar dividendos pueden usar ese dinero para recomprar acciones, donarlo a la caridad, mantenerlo para tener mayor liquidez, aumentarle el sueldo a sus empleados, comprar un jet o ofrecer una prestación a los altos directivos, entre otras cosas. Y considerando que los accionistas de hoy en día están dispersos por todo el mundo, resulta difícil conseguir la atención de la junta directiva como un accionista minoritario, de forma que realmente las ceremonias de votaciones se podrían llegar a considerar como mero ritual de asimilación y aprovechar el momento para escuchar la opinión de gente que está interesada en la empresa.

Pescar con dinamita y una red puede ser una buena estrategia para matar muchos pescados y tener una buena sesión de pesca, sin embargo, a la larga hacer esto puede salir contraproducente porque la población de peces es limitada y afecta a los demás pescadores y a la comunidad de peces. Algo similar ocurre cuando los directivos buscan formas de liberar valor a los accionistas al hacer todo lo posible para subir el precio de la acción sin tomar en cuenta una visión a largo plazo. Las nuevas ideologías tienen este pensamiento por detrás, que el hacer todo lo posible por maximizar el valor del accionista puede dañar a la sociedad en general, no solamente al “pescador”. Estas nuevas ideologías toman en cuenta al accionista y sus distintas prioridades.

¿Cuál es la prioridad del accionista?

Primero que nada hay que partir de que hay dos tipos de inversionistas los traders y los investors, la diferencia entre estos es que uno busca la ganancia en corto plazo, y el otro busca la ganancia en el largo plazo. Vale la pena mencionar que antes la mayoría de los accionistas eran inversionistas debido a que los costos fijos de un broker, además de toda la intermediación que se necesitaba antes sin la tecnología que hay hoy en día, desincentivaba a que hubiera muchas transacciones. Ahora pasa al revés, los bajos costos y facilidad de hacer transacciones en la bolsa permiten que haya múltiples transacciones y en periodos de retención más cortos de tiempo.

El accionista trader busca y exige rendimientos en el corto plazo, hay de cortos plazos a cortos plazos. Algunos fondos de capital hacen transacciones que apenas duran unos minutos, hay otros que operan la acción durante un día o una semana, y hay fondos de inversión que inyectan capital a una empresa con la expectativa de que crezca en un año y conforme se cumple según los reportes trimestrales van sacando dinero. Lo malo de esto, como es fácil imaginar, es que eso encamina a que las empresas con tal de maquillar los reportes financieros cometan fraudes contables, dejen de invertir en Investigación, Desarrollo, Mercadotecnia y buenos empleados sin pensar en cómo eso les va afectar en el futuro. Estas diferencias hacen que la junta directiva se cuestione: ¿A quién va dirigida nuestra gestión? ¿A los Traders o a los Inversionistas? La respuesta la mayoría de las veces es a ninguno de los dos en específico y se lleva un balance en el que se saca lo mejor de los dos mundos conforme el negocio está dispuesto a arriesgar.

Cuando inviertes en una empresa pública, ésta tiene su propio gobierno corporativo y sin importar cuánto porcentaje de acciones poseas, no necesariamente se va a hacer lo que tú digas o podrás hacer que se liquiden activos de la empresa para que tengas tu dinero. Existe la opción de vender tus acciones en el mercado de valores, pero ese mercado no está siempre atado al valor intrínseco de la empresa, a veces está inflado, o a veces está devaluado, como cuando hay alguna noticia negativa y quieres olvidarte para siempre de la empresa pero para cuando se realizan los trámites para liquidar, la acción ya vale mucho menos de lo que tu pagaste. Eso tiene sus pros y sus contras, por un lado da certeza a la gerencia de que no se va a jugar con los activos propios de la empresa, pero por otro lado, al accionista se le tiene atado de manos, y en caso de que las cosas no salgan como ese accionista está queriendo, se limita a vender en el mercado secundario.

El libro menciona una idea con la que no estoy de acuerdo y es que un inversionista (de largo plazo) no espera que la junta directiva utilice el dinero a la perfección, ni siquiera que lo utilice excelentemente. Sino que un inversionista espera que la gerencia saque el banco a flote, que haga un trabajo decente para que la compañía permanezca en el largo plazo y que su trabajo cumpla con las métricas preestablecidas para que tal gerente continúe con el puesto. En lo personal, me considero más un inversionista que un trader, y al depositar mi dinero y mi confianza en una corporación sí espero que el dinero se utilice de la mejor manera posible. Entiendo a la perfección que se va tener que pagar mercadotecnia para crear una marca sólida y que la creatividad y talento cuestan, pero se trata también de hacer lo más posible con lo que se tiene y no conformarse con cumplir los milestones sino que superarlos constantemente sin necesidad de maquillar números.

Todos los accionistas tienen intereses distintos.  Por ejemplo en el derrame de petróleo de BP a muchos les interesaba que no se contaminara el medio ambiente tanto, porque todos vivimos en este planeta, sin embargo al enfocarse en los beneficios económicos se descuidó otro interés que tiene el ser humano como accionista, Qué es tener un planeta no tan contaminado. Otra diferencia está en los fondos de inversión, los cuales tienen la expectativa de tener cierto interés o ganancia en cierto tiempo para que sus clientes vean que hay rendimientos mayores a los de la competencia. Estos fondos de inversión que tienen más dinero que un accionista común, están obligados a investigar a fondo cómo se utilizan los recursos de la Corporación ya que gente deposita su confianza en los fondos para que sus inversiones estén bien manejadas. De esta manera el fondo de inversión es un agente real que tiene 

suficiente poder para investigar a fondo la compañía y entre los distintos fondos que invierten en una compañía pública y la junta directiva se debe de cumplir con la expectativa del accionista. 

A final de cuentas todos somos personas prosociales, por lo que al cimentar las corporaciones debemos de considerar  que se tomen en cuenta las necesidades reales de la humanidad, sí de crecer en valor económico, pero también cuidar lo que necesitamos vitalmente como seres humanos. Las corporaciones existen legalmente pero no necesitan aire limpio, ni una convivencia sana en sociedad, y podrían ser en lugar de un obstáculo una vía hacia el desarrollo. A final de cuentas es dinero de las personas y es la vida de las personas la que se impacta al operar, y este es el punto final con el que me quedo del libro.

Angel Escamilla Rdz Libros

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